Breve balance de 2011

Se nos ha ido 2011, un año que ha visto revolverse al mundo árabe hasta hacer caer dictaduras, que ha quitado y puesto gobiernos en Europa sin que los ciudadanos pudieran decir nada, que nos ha hecho salir a la calle diciéndoles a nuestros políticos que así no, que no nos representan. Un año que, a pesar de que parecía difícil, acabó peor de lo que empezó, pero que ha sido rápidamente superado por las expectativas de un 2012 que se presenta marrón-oscuro-casi-negro. Pero bueno, si estás leyendo esto, significa que has sobrevivido a los excesos gastronómico-licoretas de estas Navidades, lo cual ya de por sí es una buena noticia.

Con 2011, acaba también el año internacional de los bosques, una iniciativa que ha dado mucho de sí pero que, no nos vamos a engañar, podía haber dado mucho más. En cualquier caso, si nos ceñimos a nuestra pequeña burbuja cual Mike Monroe en Dr. en Alaska, 2011 ha sido un buen año para Forestalia: hace cosa de un año, sentado frente al ordenador, decidí tomarme en serio un blog que llevaba varios meses abierto y algunos pocos meses menos olvidado. Decidí que iba a intentar escribir de manera regular; sobre bosques y ecología, pero también sobre ciencia en general, sobre lo que (me) supone convertirse en un científico y sobre otras historias que, por lo que fuera, llamaran mi atención. Y decidí también que utilizaría el blog para difundir algunas de las investigaciones que vamos llevando a cabo. Un año después, algunos de los propósitos se han cumplido: he conseguido publicar de manera regular [40 entradas en un año] y atraer, quien sabe cómo, a más de 10.000 visitantes. A todos, gracias. Pero he descuidado el último propósito. Ahora, al empezar 2012, me propongo cambiar esto. Intentaré contar más cosas de lo que voy haciendo, con lo que corréis riesgo de aburriros como ostras. Ya está, ya lo he dicho. Luego no me vengáis con que no os avisé.

En definitiva, que afronto 2012, un año en que, si todo va bien, me esperan unos cuantos cambios, con el simple reto de poder seguir por aquí, pasándomelo bien y dando el coñazo. Y si a alguien le interesa lo que cuento, chapeau.

Feliz año a todos.