La naturaleza de Costa Rica (1/5): Medio físico

Lo prometido es deuda. Inspirado por las guías de viaje de Copépodo, a lo largo de las próximas 5  entradas me he propuesto acercaros una pequeña parte de lo visto y aprendido en el reciente viaje a Costa Rica. No pretendo hacer una descripción exhaustiva de la naturaleza costarricense, ya que han sido pocos días y como veréis el país da mucho de sí, pero sí quería al menos compartir algunas de las maravillas de las que hemos podido disfrutar y tratar de entender, con lo visto allí y lo leído antes y después, qué es lo que hace que este país, con apenas el 0,03% de la superficie de la Tierra, albergue más del 5% de la biodiversidad mundial. Vamos a ello, espero que os guste.

Costa Rica es un pequeño país de Centroamérica situado entre Panamá y Nicaragua, y bañado por el mar Caribe al este y el océano Pacífico al oeste. Su nombre se lo puso Cristobal Colón, quien tras recorrer su costa oriental en su cuarto viaje, en 1502, la describió como “rica en oro y metales preciosos”, cosa que, como veremos, resultó no ser cierta.

Geográficamente, lo que más llama la atención es la abrupta orografía. Vamos, que hay montañas por todas partes. Hasta cuatro cadenas montañosas la cruzan de noroeste a sudeste: Guanacaste, Tilarán, Central y de Talamanca. Las tres primera son de origen volcánico y en ellas se encuentran algunos de los volcanes más activos del mundo, mientras que la cordillera de Talamanca, más antigua, es de origen sedimentario. En ésta última se encuentran las mayores alturas del país, con varios cerros que superan los 3.000 m y el más alto, el cerro Chirripó, llegando a 3.820 m sobre el nivel del mar. En pleno corazón de la Cordillera central se encuentra el valle central, una altiplanicie a más de 1.000 metros de altura donde se concentran las principales ciudades y donde vive la mayor parte de la población.

El territorio de Costa Rica ha ido surgiendo de forma paulatina, aunque es en general bastante reciente. Hasta hace 60 millones de años el agua cubría casi toda la actual Centroamérica, y América del Norte y del Sur estaban separadas por una gran masa de agua, por lo que el océano Atlántico y el pacífico estaban comunicados. Pero bajo la superficie, a unos 150 km al oeste de la actual costa del Pacífico, se encontraba el límite entre la placa del Caribe y la de Cocos. Ésta última, oceánica y por lo tanto más pesada, se iba hundiendo (subduciendo) bajo la placa del Caribe, y la presión y el calor provocados por la fusión de la placa al hundirse llevó a la formación de numerosos volcanes submarinos, algunos de los cuales alcanzaron un tamaño como para emerger y formar islas hace unos 15 millones de años, en el Mioceno superior.

Placas tectónicas de América Central. La subducción de una placa bajo otra ocasiona una intensa actividad sísmica y volcánica

Paulatinamente, los movimientos tectónicos iban empujando el lecho marino hacia arriba, contribuyendo a que nuevas tierras emergieran y fromando la actual cordillera de Talamanca. Al mismo tiempo, la erosión de los materiales emergidos se iba acumulando al pie de las islas, haciéndolas crecer y finalmente uniéndolas todas entre sí. El proceso se culminó hace aproximadamente 3 millones de años, con el cierre definitivo del paso entre el Atlántico y el Pacífico y la formación del istmo de Panamá.



Vamos a detenernos un momento aquí. Los científicos consideran la formación del istmo de Panamá el acontecimiento geológico más importante de los últimos 60 millones de años, que ya es decir, y es que tuvo consecuencias fundamentales para el clima y el medio ambiente de todo el planeta. Como decíamos, antes de que el istmo se cerrara el agua fluía libremente entre el Atlántico y el Pacífico, y al cerrarse, las corrientes del Atlántico se desplazaron hacia el norte, creando lo que hoy llamamos la corriente del Golfo. Y esto no es ninguna tontería, ya que la corriente del Golfo es la que hace que las aguas calientes del mar de los Sargazos fluyan hacia el norte de Europa, haciendo que tengamos un clima más cálido que el que correspondería por la latitud. Y además está directamente relacionada con la formación del Anticilón de las Azores, responsable de que la mayor parte de las borrascas se vayan a hacia el norte de Europa.

Simulación del recorrido de la corriente del Golfo. Es, entre otras cosas, lo que hace que en Madrid los inviernos nos sean como los de la foto.

Por si fuera poco, parece que el cierre del istmo también tuvo bastante que ver en la formación del hielo Ártico e incluso en las glaciaciones del Pleistoceno. Pero es que además, al unirse las dos Américas se facilitó la migración de numerosas especies hacia los dos lados, en lo que se conoce como el Gran Intercambio Americano. Armadillos,  puerco-espines, zarigüeyas, pumas y colibríes cruzaron el istmo hacia el norte, mientras que ardillas, ciervos, mapaches y nutrias, entre otros, se fueron hacia el sur. Muchas de las especies que se desplazaron no tuvieron éxito en sus nuevas tierras, pero sin duda fue un carnaval biológico sin precedentes.

Pero volviendo a Costa Rica, el clima es típicamente tropical, con temperaturas medias superiores a los 28-30ºC en la costa, y unos mucho más llevaderos 20-25ºC en el valle Central. Las precipitaciones son abrumadoras, y algunos lugares acumulan más de ¡5.000 mm! anuales. Se definen dos estaciones: la seca (que allí llaman verano), que se extiende de diciembre a abril, y la lluviosa, el resto del año. Como veremos, hablar de estación seca en algunas zonas es poco menos que un eufemismo, mientras que la región más noroccidental (Guanacaste) sí que sufre una época seca de verdad, en parte propiciado por su situación a sotavento de los vientos alisios, que aquí soplan del nordeste.
Y así, casi como sin querer, hemos ido desgranando aquello que hace de Costa Rica ese paraíso de la biodiversidad. Porque las causas de tan alta diversidad son, fundamentalmente, su ubicación en la zona intertropical (la más diversa), el hecho de haber servido como puente de paso entre las dos Américas para numerosas especies (muchas de las cuales se quedaron aquí), estar bañado por dos océanos y el rango de altitudes (entre 0 y 3800 m), que hace que exista un gradiente climático y de vegetación muy amplio. Así, encontramos una gran variedad de ecosistemas como bosques tropicales, páramos, bosque tropical seco, manglares… 
 

Y para acabar, unas pocas cifras para hacernos una idea de lo que hablamos cuando remarcamos la enorme biodiversidad del país. En Costa Rica se han identificado 231 especies de mamíferos (21 de cetáceos), más de 800 de aves, 227 de reptiles, 200 de anfibios y más de 9.000 especies de plantas (entre ellas 1.300 de orquídeas). Todo  eso en una superficie similar a la de Aragón. Como veis, números abrumadores. A modo de ejemplo, sólo en el Parque Nacional de Tortuguero, con una superficie de unas 70.000 ha, hay contabilizadas 405 especies de aves, más que en toda la Península Ibérica.

Pues esto es todo de momento, dentro de unos días hablaremos de la historia del ser humano en Costa Rica y de cómo ha ido modificando el medio a lo largo del tiempo. Os espero!

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Serie: La naturaleza de Costa Rica

  1. Medio físico: geología, fisiografía, clima
  2. La transformación del paisaje por el hombre

 

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