Buenas malas hierbas

Las aromáticas
Desde hace ya ¡cuatro años! vivo en una casa con un pequeño jardín en la parte de atrás. Cuando llegamos, el jardín llevaba tiempo abandonado, y en seguida decidimos que pondríamos sobre todo plantas aromáticas: romero, lavanda, salvia… Son plantas que requieren poco cuidado, aguantan bien los fríos y calores de la Cataluña interior, huelen bien, se pueden usar en cocina… Y además son autóctonas, lo que para mí, quieras o no, era un plus. Al fin y al cabo son las plantas que encuentras por los campos de alrededor de casa, así que parece lógico que sean las que pongamos.

Y manos a la obra. Pusimos varias de éstas plantas que, en general, agarraron sin problemas y han crecido bastante bien. Aun así, todas las primaveras la parte del jardín que no está cubierta de aromáticas se llena de malas hierbas, y lleva bastante tiempo y trabajo quitarlas  – una a una o labrando la tierra – para que de todas formas a los pocos días vuelvan a salir. Hasta que un día me di cuenta de que en realidad no estaba siendo demasiado coherente. Estaba eliminando unas plantas para favorecer a otras que a mi me interesaban, sí. Pero ¿hasta que punto debía considerar a las otras como “malas hierbas”? Si a pesar de mis esfuerzos seguían saliendo, ¿no serían tan autóctonas y propias de la zona como las otras? Evidentemente, a la hora de decidir qué plantas favorecer o eliminar en un jardín también entran en juego criterios estéticos, pero al menos quería saber quienes eran mis enemigos antes de decidir qué hacer con ellos. Para identificarlos, como la botánica es uno de mis muchos puntos débiles, he contado con la inestimable ayuda de Xavi, Ana y Juanant, a los que aprovecho para darles las gracias por su ayuda. Os presento a mis “malas hierbas”:

Cymbalaria muralis: picardía o hierba de campanario. Perteneciente a la familia Plantaginaceae, aunque antiguamente estaba encuadrada dentro de las Scrophulariacéas. Crece en muros, rocas, paredes… y algunas veces en el suelo. A nosotros nos ha salido profusamente entre las losetas del camino que atraviesa el jardín, y también en la escalera de acceso a la casa. Los tallos alcanzan hasta 70 cm de largo pero crecen pegados a la roca, por lo que la planta no suele superar los 5 cm de altura. Es una planta perenne que, al menos donde vivo, parece secarse en invierno pero vuelve a crecer con alegría en cuanto le caen las primeras lluvias de primavera. Y sí,  efectivamente, es una planta autóctona de la Europa mediterránea. Curiosamente,  no soy el primero que tiene sentimientos encontrados por esta planta, ya que parece ser que se da la paradoja de que la mayoría de jardineros la consideran una mala hierba mientras que algunas variedades se utilizan en jardinería (no negaréis que la flor es bien bonita, no?). Veredicto: la dejaremos seguir medrando por casa, que vaya colonizando las rocas.

 

Cymbalaria muralis: no negareis que es bonita…

 

 

Senecio vulgaris. Tiene su aquel, pero…

Senecio vulgaris: de la familia Asteraceae, es casi la definición de mala hierba: aguanta todo tipo de suelos, crece en unas pocas semanas y es raro encontrarla fuera de terrenos degradados o removidos. Es una planta anual que hace unas raíces muy superficiales (lo que hace fácil arrancarla) y se reproduce por semilla, que llevan vilanos para ser dispersadas por el viento. Así que labrando el suelo se consigue eliminar las plantas que ya tengas, pero se entierran las semillas del suelo y se favorece su germinación. Desde su área de distribución natural (Europa, norte de África y Asia) ha colonizado las dos Américas, el sudeste asiático y Australia, lo que ya deja claro que nos encontramos ante una invasora en toda regla. En el jardín es la primera que sale en primavera, normalmente unas pocas plantas aisladas que luego quedan ahogadas por las otras “malas hierbas”. Aun así, hay una esquina donde se hacen fuertes. Según las fuentes consultadas la catalogan como terapéutica o tóxica (para el higado). Al parecer, como tantas veces, la diferencia está en la dosis. Veredicto:  de mis tiempos de la carrera recuerdo que varias especies del género Senecio servían de hospedantes alternantes para algunos de los patógenos más habituales de los pinos. Sentenciada.

 
Euphorbia peplus

Euphorbia peplus: lechetrezna, lechera. Otra invasora de definición. Muy común en la zona mediterránea, un fijo en la mayoría de jardines, cunetas, solares y bordes de caminos de la zona. Un único tallo principal de entre 5 y 30 cm de altura. Su nombre le viene por el  látex que suelta al romper el tallo. Este látex parece ser tóxico a algunos tejidos , y se está estudiando su eficacia como agente antitumoral. De hehco, uno de los compuestos de su látex, el metubato de ingenol, está aprobado por la FDA para tratar carcinomas de células basales, uno de los cánceres de piel más comunes. Por lo demás, la planta no destaca (flores pequeñas, verdosas) ni es especialmente bonita, pero tampoco molesta (no es masiva). Veredicto: indulto.

Geranium sp: la más abundante en el jardín, cubre de manera tupida toda la parte trasera, la más sombría y húmeda. El género Geranium comprende más de 400 especies, de ahí que mis fuentes no se hayan atrevido a dar la especie concreta. No se debe confundir con lo que normalmente llamamos geranios: aunque ambas son gerianáceas, aquellas en realidad pertenecen al género Pelargonium. Aún así, varias especies de Geranium se usan también en jardinería por sus bonitas flores. No es el caso de nuestra planta okupa, que produce unas florecillas bastante discretas. Aunque al cubrir mucha superficie, da sensación de verdor. Quizá no se las pueda calificar propiamente de invasoras, pero la mayoría de especies de Geranium pueden crecer en suelos de varios tipos, incluyendo degradados, y suelen ser muy amantes de la luz. Además, pueden reproducirse mediante esquejes que enraízan, forman una maraña que las hace bastante difíciles de arrancar. Aunque domina gran parte de la parcela, sí que he observado que ni se acercan a las aromáticas, quizá por efectos alelopáticos. Veredicto: cubre un suelo que si no estaría sin vegetación, y quitarla es una paliza. Se libra. 

Geranium sp. con algunos Senecio asomando. Si alguien sabe la especie, se agradecerá
Evidentemente, hay más especies, pero éstas son las más comunes y las que he podido identificar (gracias otra vez). No os preocupéis, si me llevo alguna nueva sorpresa seréis los primeros en saberlo.
La parte de atrás. Toda la zona alrededor de las sillas está llena de Geranium.
Finalmente desherbaré sólo la zona donde comemos y alrededor del fresno.

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