Entre 2000 y 2012, se han perdido en el mundo más de 2 millones de kilómetros cuadrados de bosque, según un estudio publicado la semana pasada en Science, y que ha determinado los cambios en la cubierta forestal en lo que llevamos de siglo XXI. La verdad es que las cifras globales no son nada halagüeñas, y aunque es cierto que se han recuperado 0,8 millones de bosque, no sólo el saldo neto es negativo, sino que el ritmo de deforestación ha aumentado en unos 2000 km2 por año. El artículo ha tenido bastante repercusión, así que es probable que ya hayáis visto este mapa por algún sitio:
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Mapa global de los cambios entre 2001 y 2012. En verde, las zonas boscosas, en rojo las deforestadas y en azul, las que han recuperado bosque (sí, las hay) |
El estudio lo han hecho de forma conjunta entre diversas universidades y Google, y además del péiper, han creado un interesantísimo mapa interactivo, basado en Google Maps, que permite jugar a viajar por el mundo y ver qué cambios se han producido en la cubierta del bosque, con una resolución de 30 metros. Y eso es precisamente lo que vamos a hacer ahora, analizar qué es lo que pasa en diversos lugares del planeta, porque como veréis – y como me han recordado en los comentarios – no toda zona sin árboles se puede considerar como deforestada, ni toda zona con ellos debe considerarse un bosque. Los casos son múltiples, pero vamos a intentar explicar algunos de los patrones más llamativos que veamos: ¡Vámonos de viaje!
1. Levante (España)
Empezamos, como no podía ser de otra manera, por casa. Los datos del estudio muestran que España es uno de los países donde menos cambia la cubierta forestal, pero en la imagen se reconoce claramente la principal causa de deforestación en España: los incendios forestales. Sin embargo, me atrevo a sugerir que la imagen sería muy distinta si el mapa se hubiera hecho comparando el año 2000 con el 2011, y no con el 2012. Ojo, que no estoy minimizando el impacto de los incendios, pero la imagen se tomó justo después del peor verano en décadas, y los resultados están probablemente condicionados por este hecho, hasta el punto de que se reconocen perfectamente los principales incendios del verano pasado, como el de Cortes de Pallás y Andilla, en la Comunidad Valenciana, o el de la Jonquera, en el nordeste de Cataluña.
2. Las Landas (Francia)
La impresionante imagen no corresponde ni a un incendio ni a unas talas masivas, sino a los efectos del ciclón Klaus, que en 2009 afectó al norte de España y sobre todo al suroeste de Francia. Klaus golpeó de lleno al bosque de las Landas – el más extenso de Europa occidental – donde se estima que derribó hasta el 30% del volumen en pie, fundamentalmente pino marítimo (Pinus pinaster). Más de 30 millones de metros cúbicos de madera inundaron el mercado durante los siguientes años, provocando una bajada generalizada de precios que se notó en buena parte de Europa, y que aún se arrastra. Para algunas pequeñas empresas, ya en condiciones difíciles, supuso la puntilla definitiva.
3. Amazonas (Brasil)
Pero por desgracia no todo son sólo tormentas e incendios. La imagen de arriba corresponde al Amazonas brasileño, cerca de la ciudad de Santarem, y es el típico ejemplo de deforestación en espina de pescado. El esquema es sencillo: se construye una carretera que permite el acceso a una región hasta entonces inaccesible, de ella van saliendo pistas perpendiculares que se adentran en el territorio, y a los lados de éstas se establecen cultivos, pastos, asentamientos… Nada nuevo, por desgracia. Aunque el ritmo de la deforestación en Brasil se ha reducido casi a la mitad en los últimos 10 años, – gracias a la mayor concienciación y al compromiso del Gobierno – sigue siendo el segundo país con mayor pérdida de cubierta forestal, sólo superado por Rusia.
4. El Chaco (Paraguay)
Pero no toda la deforestación es en espina de pescado. En la región de El Chaco, entre Paraguay, Bolivia y Argentina, miles de hectáreas de bosque se convierten cada año en fincas ganaderas extensivas o plantaciones de soja. El resultado es la imagen de arriba, y una de las tasas de deforestación más altas del planeta.
5. Borneo (Indonesia/Malasia)
Si dos países se llevan la palma en cuanto a deforestación se refiere, son Indonesia y Malasia. Y lo de la palma no es sólo una expresión, en este caso: las zonas magenta y azul de la imagen de arriba no corresponden en este caso con zonas reforestadas, sino con plantaciones industriales de palma de aceite, un negocio muy lucrativo que hace que estos dos países tengan el ratio de deforestación (superficie deforestada respecto a la superficie total) más alto del planeta.
6. Brunei Darussalam
Por suerte, no todo son malas notícias. La zona delimitada por las líneas amarillas corresponde a Brunei, un pequeño sultanato en el noroeste de Borneo que tuve la fortuna de visitar hace unos años, en el marco de un programa de intercambio de la Fundación Asia-Europa. Brunei es sobre todo conocido por su Sultán, uno de los hombres más ricos del planeta, y porque sus reservas de petróleo le han permitido llevar a cabo una política basada en la conservación de la biodiversidad y el turismo sostenible y respetuoso con el medio ambiente. El contraste con la vecina Malasia es tan grande – desde el aire se puede trazar perfectamente la frontera siguiendo el límite del bosque – que os he marcado los límites del país, aunque casi ni habría hecho falta. Supongo que estar podrido de dinero ayuda a tomar este tipo de políticas, pero el caso de Brunei supone un soplo de esperanza en la dramática situación del sudeste asiático.
7. Finlandia / Rusia
Otra de fronteras. A la izquierda, Finlandia, con una larga tradición de gestión forestal y una estructura de la propiedad basada en fincas de pequeño tamaño. El resultado es un mosaico de zonas deforestadas y reforestadas de pequeño tamaño, según los ciclos de claras y cortas de cada una de las fincas. A la derecha, Rusia, donde la extracción de madera – en esta zona – es casi inexistente, pero cuando se produce es a mucha mayor escala. Como curiosidad, la franja roja que cruza la imagen es el resultado del ciclón Dagmar, que atravesó la zona en las Navidades de 2011.
8. Yakutia (Rusia)
Los bosques de alerce (Larix sibirica) de está región de Siberia son muy propensos a los incendios forestales, sobre todo al final de la primavera, cuando los suelos están resecos tras el deshielo. Los incendios de esta zona pueden arder durante semanas y algunos de ellos alcanzan decenas de miles de kilómetros de superficie, convirtiéndose en una fuente muy importante de emisiones de CO2.
9. Sudeste de EE.UU.
Cuando se piensa en los bosques de EE.UU., a todos se nos va la mente a los frondosos bosques de secuoyas gigantes y abetos Douglas de la costa oeste. Durante años, además, las cortas a hecho de cientos de hectáreas eran la norma en esta zona. Con la aprobación en 1994 del Plan Forestal del Noroeste, las cortas en el noroeste – donde casi tres cuartas partes del bosque es de propiedad federal – se redujeron en más del 90%, y el sudeste de EE.UU, a la chita callando, se convirtió en la principal fuente de madera del país. En el sudeste la estructura de la propiedad es muy distinta, y dominan las fincas familiares de pequeño tamaño donde las plantaciones de Pinus taeda suponen casi la mitad del volumen, a pesar de ocupar sólo un cuarto de la superficie.
10. Barra del Colorado (Nicaragua / Costa Rica)
La zona verde intenso junto a la costa forma parte de un conjunto de áreas protegidas eque incluyen el Refugio Fronterizo Costa Rica-Nicaragua. En los límites del refugio, la deforestación está a la orden del día, pero por suerte, la zona protegida permanece intacta. Viendo el panorama a nivel mundial, no está de más acabar con un mensaje algo más esperanzador, remarcando que las zonas protegidas son necesarias y que, por suerte, algún efecto tienen.
En cualquier caso, este mapa es una herramienta más que interesante para detectar patrones y tendencias, sobre todo en países con pocos recursos que a veces ni siquiera tienen datos sobre la deforestación. Es también un buen instrumento de concienciación, y es sin duda un interesantísimo juego que nos ha permitido viajar por todo el mundo y entender un poco más cómo está cambiando el bosque. Espero que hayáis disfrutado del viaje, y os animo a jugar con el mapa interactivo. Seguro que descubrís cosas interesantes.
Jaime
22 November, 2013 at 23:36Excelente, as usual.
Pero creo que hay una diferencia más que sustancial entre:
–> una """deforestación""" temporal (entiéndase, con infinitas comillas) de un bosque secundario (como mínimo): un incendio Aquí o no digamos un huracán en las Landas da lugar a la pérdida de muchos árboles…pero después de unos años todo volverá a parecerse a lo que había antes del fuego (un bosque mediterráneo con muchos servicios que todo el mundo reconoce pero nadie paga) o el huracán (una plantación industrial), habiéndonos provisto de una excelente definición de "sacrificio de cortabilidad".
–> un cambio de uso a ganadería / aceite de palma en un bosque primario sobre un suelo tropical de 30 cm de horizonte orgánico y nada por debajo, que no se sabe cuánto tiempo se explotará ni si volverá a ser bosque en varias décadas/siglos. Por otro lado, no es diferente de lo que hicimos en Europa hace siglos (salvo por el toque tropical), donde seguimos teniendo bosque casi exclusivamente "donde el suelo es demasiado malo como para hacer agricultura".
A mí me parece una muy buena herramienta divulgativa, excelentemente presentada aquí, reitero, pero no sé hasta qué punto se pueden sacar grandes conclusiones si no se entra a diferenciar las causas de los cambios. Quizá esa fase ya no la hace Google; ya está, ya lo he dicho…
Multivac42
23 November, 2013 at 04:22Evidentemente, Jaime, y esa era un poco mi idea con esta entrada. He intentado escoger zonas en que se vieran ambos procesos, para que la gente no se quede con la idea de que todo lo que está en rojo son talas. Hay muchos, muchos fenómenos naturales (ciclones, tornados, tormentas, terremotos, plagas…) que pueden causar importantes daños, aunque sean temporales. Y con esto ayuda a hacerse una idea de las escalas a las que actúan, que a veces son impresionantemente grandes (mira si no la que lió Klaus en Francia). Dicho esto, me ha parecido interesante también mostrar esas zonas de frontera donde se ve que las decisiones que tomamos los humanos, o a veces las que tomamos en el pasado, condicionan el paisaje que tenemos hoy en día. Y para eso este mapilla también va de perlas.
Y hablando de perlas, tengo que salir en defensa de la que le has dejado caer a Google. Evidentemente que esa fase no la hace Google, qye lo que ha hecho -supongo – es poner los servidores y la tecnología. Como he dicho al principio, esto no solo es el mapita, sino que hay un péiper en Science, y en él los autores sí que dan concienzudas estadísticas por país, zona biogeográfica, etc., analizan aquellas zonas donde hay más cambio y evalúan cuáles son las causas y qué repercusiones puede tener. Si tú o cualquier otro se quiere anirmar, el artículo es muy cortito (como todos los de Science, algún día debería animarme a hacer uno), pero donde está la chicha es en los materiales suplementarios.
Multivac42
23 November, 2013 at 04:25Ah, y por cierto, todos los datos (brutos y procesados) que se han utilizado para hacer este estudio van a estar disponibles para descarga gratuita a partir de enero.
Jaime
23 November, 2013 at 19:50claro que sí! Lo de google era broma; obviamente ofrece unos servicios tan asombrosos como impensables hace unos pocos años, y al alcance de todos!
Aunque mantengo que nunca sabremos la contrapartida que estamos ofreciendo a cambio…
Copépodo
24 November, 2013 at 04:25Muy curioso, sí señor. Con el mapita interactivo da para tirarse horas muertas mirando uno u otro lugar. A nivel peninsular me ha llamado la atención la pinta heterogénea que tiene Portugal y Galicia respecto al resto, y me pregunto (o mejor dicho, te pregunto) si tiene alguna relación con los incendios de los pasados años, pese a que no se ven las zonas rojas bien delimitadas típicas que has mostrado en el levante. Me he pasado por otros lugares más lejanos, como la parte seca de Madagascar, donde la deforestación es una auténtica tragedia, y algunas de las manchas rojas de Canadá (joder con los canadienses) y Rusia, aunque quizá lo de las raspas de pescado del Amazonas sea lo más perturbador por su alevosía
Multivac42
25 November, 2013 at 03:46@Copepodo: Con lo de Galicia, hay dos posibles explicaciones que se me ocurren, que no tienen por qué ser excluyentes entre sí:
1) El tamaño medio de la propiedad forestal en Galicia es minúsculo, debe estar por la media hectárea o así. Eso explica el pequeño tamaño de las manchas que se ven. Además, gran parte de la masa arbolada de Galicia son plantaciones de Eucalipto, que normalmente se cortan cada pocos años (12 – 15). Normalmente se cortan y se deja que rebroten, y como crece como si no hubiera mañana, en 5-8 años puedes tener perfectamente árboles de varios metros de altura, que el satélite detectaría ya como zona arbolada. Todo esto explicaría porque hay tantas pequeñas manchas rojas (zonas recién cortadas), azules (zonas donde está creciendo), y magentas (zonas que, en el intervalo de las imágenes, fueron cortadas pero han vuelto a crecer). De hecho, en la costa, donde más eucaliptos hay, más zonas magenta hay. Las de interior podrían ser de Pinus pinaster, que aunque no crece tanto como el eucalipto, respondería a la misma situación
2) Lo de los incendios también podría estar relacionado. Ten en cuenta que en Galicia hay muchísimos incendios (entre otras cosas por disputas por la propiedad relacionadas con su pequeño tamaño), pero por suerte la mayoría de ellos no son de gran tamaño. En cambio en el Levante cuando un fuego se va de madre prepara una zapatiesta más considerable. Así que podría ser también que algunas de las manchas rojas sean pequeños incendios, que se confundan con el mosaico de situaciones que he explicado antes. De todas formas, lo que sí parece un incendio, por ejemplo, es la mancha roja que se ve entre Galicia y León (si te fijas, es más grande e irregular)
Y ya que mencionas a los canadienses, decir que aunque canadá tenga fama de paraíso del bosque (que lo es), eso no quiere decir que su comportamiento sea el más ejemplar, y menos aún desde que gobierna Stephen Harper, quien según me dicen hace que a su lado George W. Bush parezca un progresista pseudocomunista. En el nordeste de las rocosas, en Alberta y Saskatchewan están preparando unas barrabasadas tremendas, entre petróleos biruminosos, minería a cielo abierto y explotaciones de gas de esquisto (aka fracking). De hecho, Canadá ostenta el dudoso honor de ser el único país que se ha salido de Kyoto después de haber firmado. Ahí es nada. Lo que pasa es que la naturaleza es aquí tan apabullante, que por mucho que se esfuercen aún les queda mucha. Pero no son angelitos, precisamente.
@Jaime: Sabía que si no le dejabas el recadito a Google reventabas! 😉 Esos tampoco son angelitos, pero como ya te he dicho alguna vez: la competencia está a un click de distancia!
Gracias a los dos por comentar!
Miguel Ángel Soto
25 November, 2013 at 15:42Hola,
Comparto alguna de las apreciaciones de Jaime y creo que a esta gran herramienta debemos llamarla como lo que es, un mapa global de cambios de cobertura arbórea. Ausencia de árboles temporal no significa necesariamente deforestación…ya habéis explicado esto suficientemente. Ni presencia de árboles no significa aumento de superficie forestal, todos sabemos que muchas choperas pueden volver a ser al cabo del tiempo maizales o cultivos de lúpulo.
Hasta ahora teníamos como fuente para medir la deforestación la FAO, con datos procedentes de cada país y sin un criterio homogéneo. Este mapa es sin duda un paso más que necesita mejorarse ¿Habéis reparado en que los arrozales del entorno de L'Albufera de Valencia y de Doñana aparecen como Extent Forest?. Hacen falta algunos ajustes….
Por último, algunos de los investigadores que han trabajado en este mapa han sido colaboradores o staff de Greenpeace en el trabajo de maping de Intact Forest Landscapes (http://www.intactforests.org/)
Saludos
Miguel Ángel Soto
Greenpeace España
Multivac42
25 November, 2013 at 23:58Miguel Ángel: pues definitivamente creo que no me he sabido explicar, porque como le decía a Jaime, eso era precisamente lo que pretendía mostrar: que no todas las zonas sin árboles son deforestadas, ni todas las que tienen árboles son bosques, claro – ahí está el ejemplo que citas, o el de las plantaciones de palma -. Tengo que decir que los autores en el artículo dejan claro que hablan de cambios en la cubierta forestal, no sólo de deforestación, y han sido la mayoría de medios, y yo mismo, los que hemos cometido el error de llamar a este mapa "de deforestación". He editado un poco la introducción para intentar que quede más claro.
En cualquier caso, la herramienta, con sus fallos (increíble lo de los arrozales!), sigue pareciéndome interesantísima.
Un saludo, y muchas gracias por pasarte por aquí y comentar