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Así se suele representar la resiliencia |
Imagina que estás en un barco, amarrado en un muelle en calma, y quieres transportar un vaso de agua hasta un camarote, lo más rápido posible pero sin derramarla. En este caso, la solución es simple: camina rápidamente, pero no tan rápido como para que se salga el agua. Ahora imagina la misma situación, pero en alta mar, con oleaje intenso. Aquí, la velocidad es un asunto secundario, el verdadero desafío es mantener el equilibrio en una cubierta que cabecea abruptamente. La solución en este caso es encontrar un buen agarre y flexionar las rodillas para absorber los movimientos del barco. En el muelle, la solución es un problema de optimización (caminar lo más rápido posible, pero no demasiado); en el mar la solución requiere de tu habilidad para absorber las perturbaciones, es decir, de tu resiliencia ante las olas.
Desde los tiempos de la revolución agrīcola, los problemas ambientales se han concebido como un problema de optimización, como el reto de llevar el vaso de agua en un bote amarrado en el muelle. Asumíamos que podíamos gestionar los diferentes componentes individuales de un ecosistema de manera independiente, encontrar un balance óptimo entre la oferta y demanda de cada componente, y que los demás se mantendrían constantes a lo largo del tiempo. Sin embargo, hoy sabemos que los ecosistemas son extremadamente dinámicos, su comportamiento se parece mucho más al del barco en alta mar, azotado por las olas, que al amarrado al muelle. Se enfrentan constantemente con eventos inesperados como tormentas, plagas, sequías. Es necesario por tanto gestionarlos para promover su resiliencia, no solo para asegurar el suministro de determinados productos.
Andreu Escrivà
22 September, 2014 at 12:10Lo tenía marcado y, entre la cita y que está de oferta en Amazon, no he podido resistirme. ¡Gracias por el apunte! 🙂