Premios de la SECF 2015: Mi experiencia como jurado

ACTUALIZACIÓN (23/03/16): me pasa por email Rafael Serrada, presidente del tribunal, el número de candidaturas que se han presentado cada año. Toca por tanto corregir: no es este el año que más candidaturas ha habido, aunque si el que más tesis doctorales. ¡Gracias al profesor Serrada por el apunte!

Este año he tenido el honor de formar parte del jurado de los premios universitarios de la SECF, la Sociedad Española de Ciencias Forestales. Estos premios, que se resolvieron el pasado 15 de marzo, ya van por la novena edición, y buscan premiar los mejores proyectos final de carrera (o de grado, que se llaman ahora), de Máster y las Tesis Doctorales de temática forestal que se hayan presentado durante el año anterior. Cuando recibí la invitación a participar, me pareció que podía ser un ejercicio interesante, y una forma de poner mi granito de arena en la actividad de la SECF, de la que soy socio desde hace tiempo. Pero además, después de ser premiado por el proyecto final de carrera de Montes en 2007, por la tesis en 2013, y que una tesis de Máster que yo co-dirigía fuera premiada el año pasado, ¡como para decir que no!

Lo primero que me llamó la atención es el número de trabajos presentados, un total de 47, y sobre todo de tesis, nada menos que 22. Según me han comentado otros miembros del jurado, es el año en que más contribuciones tesis se han recibido. Esto habla muy bien de la investigación del sector forestal en España, pero también de los premios, que han adquirido ya cierto prestigio y son conocidos en todas las facultades y centros de investigación, algunos no tan directamente relacionados con el sector forestal. Esta abundancia de candidaturas tiene por supuesto un lado malo: que la evaluación se convierte en un trabajo hercúleo. Lógicamente, no todos los miembros del jurado revisan todas las tesis, ya que entonces sería inabarcable. Los ejercicios se reparten de manera que cada tesis es evaluada por 3 miembros del jurado. Aún así, a mí me tocó revisar 9 tesis doctorales, 3 trabajos de fin de grado y otros 3 de fin de Máster, que no es moco de pavo.

Las 47 candidaturas se presentaban por un total de 17 universidades o centros de investigación, lo cual tampoco está nada mal. Sin embargo, hay que reconocer la prevalencia aquí de la de la Universidad de Valladolid y la Politécnica de Madrid, con 11 y 10 trabajos, respectivamente, a mucha distancia de las siguientes. El análisis de porqué estas universidades tienen tantos candidatos lo dejo para otra ocasión, más que nada porque no tengo ni idea, pero ahí queda el dato. En contraste con el desequilibrio entre universidades, las candidaturas estaban bastante equilibradas en cuanto a género, con 25 hombres y 22 mujeres.

Las instituciones que se presentaron a los premios de la SECF 2015. Como veis, ¡bien repartido!

Entrando ya en el contenido, tengo que reconocer que me ha sorprendido gratamente la diversidad de temas. Por suerte, hace ya tiempo que los proyectos forestales se han salido del típico y sempiterno Proyecto de Ordenación de un monte, pero aún así no me esperaba encontrar temas tan variados. Y es que he revisado tesis que eran puramente sobre fisiología de las plantas, suelos, sanidad, pastoralismo, biodiversidad, dinámica forestal, gestión, economía, calidad de madera, producción de resina, sequía, tratamiento de plagas… Y a escalas que van desde la conductancia del mesófilo de las hojas o el estudio de la morfología de las antenas de unos insectos, hasta análisis de procesos socioecológicos a escala de paisaje o de provincia. Esta diversidad de temas ha resultado de lo más estimulante, ya que he aprendido un montón de temas de los que no sabía casi nada (¡lo que he podido llegar a aprender de Fusarium, el hongo que causa el chancro resinoso del pino!), pero también ha supuesto un reto a la hora de la evaluación, ya que no siempre es fácil reconocer la valía de un trabajo que se aleja un poco de tu propio campo.

Algunos ejemplos de temas tratados en los proyectos candidatos

 

Pero si la diversidad de temas me ha sorprendido, aún más lo ha hecho la calidad de los mismos. La mayoría de las tesis no eran buenas, sino excelentes, y algunas venían avaladas por un registro de publicaciones impresionante. No han sido raras las tesis que en el momento de presentarse como candidatas tenían 4, 5 o hasta 6 capítulos publicados en forma de artículos científicos. Esto ha hecho difícil elegir las dos mejores, y de hecho después de la primera evaluación necesitamos una segunda ronda donde las tesis preseleccionadas fueron re-evaluadas por todo el jurado. Los trabajos que han resultado ganadores son justos merecedores del premio, pero casi cualquiera de las presentadas tenía calidad suficiente como para haber podido ganar. Pero había que elegir, claro, y siempre hay algunas que resultan más innovadoras o que están ligeramente mejor enfocadas.

En definitiva, que la evaluación ha sido un reto, pero muy estimulante, y me ha permitido este pequeño diagnóstico de andar por casa del estado de salud de la investigación forestal. Y por lo que he visto, el paciente goza de una salud envidiable: y es que actualmente se hace mucha investigación forestal, variada, y de mucha calidad. Esperemos que siga así por muchos años más.

¡Enhorabuena a los premiados!

 

Tronco de pino afectado por Fusarium, el hongo que causa el chancro resinoso. Hasta 3 tesis doctorales (y varios PFC) trataban enteramente sobre Fusarium.

2 Comments

  • (Breve) balance de 2016 – Forestalia

    17 February, 2017 at 21:59 Reply

    […] como no se decir que no, este año también me he dejado liar para varias iniciativas, como ser jurado de los Premios Universitarios de la Sociedad Española de Ciencias Forestales o formar parte del Comité Científico del próximo Congreso Forestal Español, que se celebra en […]

  • […] de la SECF, de los que por cierto, se cierra hoy el plazo para la edición de 2016. Ya conté por aquí  que esto me supuso tener que leer 3 proyectos final de grado, 3 Tesis de Master y ni más ni […]

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